Ingratitud
y maldición se apoderan de tu alma,
Escapar
de la cruel tempestad te hará sudar
Y veras
el huracán llegar.
No
hables, no murmulles al fin y al cabo
Escondes
tus lágrimas en ese oscuro rincón
Que no
te deja en paz y ves a la misma tierra templar
Tu
partida me dio el valor para decirte adiós,
Ya no
espero nada de lo bueno que alguna vez fue,
No te
sorprenda verme feliz en brazos de otra piel
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